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Una nación con visión de emancipación – Timoteo Francia

RELATOS /  Pueblos Indígenas

Una nación con visión de emancipación.

Timoteo Francia – Filósofo y dirigente qom

La “nación indígena” implica diferencias políticas, concepciones particulares de las cosas y de la vida, propiedades lingüísticas y territoriales propias dentro de los estados soberanos y relaciones entre comunidades  vivenciadas desde la hermandad. Los estados independientes nunca han reconocido nuestros derechos como nación indígena, como pueblo indígena, dentro de sus jurisdicciones, ni han extendido este tipo de derecho más allá del contexto de la descolonización.

RELATOS /  Pueblos Indígenas

Una nación con visión de emancipación.

Timoteo Francia

Filósofo y dirigente qom

 

Según el diccionario español, la palabra “nación” se refiere al conjunto de habitantes de un país regidos por un mismo gobierno. Sus sinónimos son país y ciudadanía. Podemos usar la palabra “pueblo” para una población pequeña. Los sinónimos de poblado son nación, tribu y plebe. La palabra “nación” contiene un sentido diferente al de “nación cultural” que tendría, además, una sensación espiritual y conceptos relativos a la práctica cotidiana llevados a cabo en un lugar de referencia. La “nación indígena” implica diferencias políticas, concepciones particulares de las cosas y de la vida, propiedades lingüísticas y territoriales propias dentro de los estados soberanos y relaciones entre comunidades  vivenciadas desde la hermandad. Los estados independientes nunca han reconocido nuestros derechos como nación indígena, como pueblo indígena, dentro de sus jurisdicciones, ni han extendido este tipo de derecho más allá del contexto de la descolonización.

La cosmovisión indígena es diferente a la del Estado soberano y es independiente su política social y jurídica de la del Estado nacional. Está influida por procesos que tienden, con frecuencia, a ser más flexibles que los instrumentos jurídicos internacionales. La contradicción de ideologías es compleja, hay temáticas que surgen de una tormenta de ideas y nos llevan a la dificultad de entendernos. La actitud del Estado de subestimar los valores culturales y la autonomía de los pueblos indígenas ha tomado el rumbo natural. Por eso, es necesario que los estados tengan en cuenta los procesos de conocimiento del pueblo indígena, en la búsqueda de implementar una política efectiva, no discriminatoria que es la que distorsiona los derechos indígenas.

La legislación provincial de Formosa dice que, para regular su convivencia, los aborígenes podrán aplicar sus normas consuetudinarias en todo aquello que no sea incompatible con los principios del orden público. Pero falta el avance paulatino de las legislaciones en su aplicación práctica. Si la cuestión de la propiedad comunitaria de “tierras aptas y suficientes” es el capítulo de un tema más amplio del patrimonio cultural indígena, los bienes inmuebles, la propiedad intelectual, la biodiversidad, las artes, los símbolos y otras propiedades no están detallados en las legislaciones  estatales.

Como pueblo indígena estamos recuperando los movimientos naturales de la identidad étnica. Cada cultura conoce su historia, conoce su pasado. Los pueblos vivos tienen movimiento, si no se mueren. El moverse es natural en nosotros, los tobas del Gran Chaco. Y pueblos que no se mueven se mueren. Lo natural es tener movimiento.

Tradicionalmente éramos una sociedad cazadora-recolectora que no dejaba de andar constantemente por sus tierras. Pero considerar como solución al problema de la exclusión el retorno a la caza, pesca y recolección implica olvidar que los aborígenes de la nación toba se encuentran ya estructurados por un sistema económico político y cultural que genera demandas a las que es difícil responder desde lo tradicional. Pretender que los aborígenes vuelvan a sus actividades tradicionales es pretender para ellos una mentalidad que no existe; una mentalidad quedada en el tiempo. En realidad, la identidad que se crea a lo largo de la historia, se resignifica y se renueva continuamente y es precisamente este dinamismo el que permite abrir distintos caminos, elaborar y crear formas alternativas de relacionarse con los otros. Hay que tener en cuenta que este grupo indígena con sus propias particularidades está en continuo movimiento y lucha para que eso sea respetado al igual que cualquier otro grupo social de esta nación que todos conformamos.

Somos un pueblo que busca constantemente la creación de sus capacidades y que no puede contrarrestar las oportunidades que ofrece el tiempo de la civilización. El parámetro siempre es la forma de trabajar cooperativamente entre los miembros de la comunidad, reiterando lo que determina nuestra forma de ser, contra las estrategias de los usurpadores quienes creen que el indio no trae vida para ellos. De ahí provienen las negativas para nuestra integración e intervención en las decisiones, para que no seamos protagonista de nuestros propios actos y no tengamos participación total, verdadera, en las acciones  de la sociedad imperante.

Sumado a la falta de participación en la política del Estado, los indígenas viven en la indigencia, los mismos niños ya nacen con enfermedades y padecen enfermedades crónicas. El Estado implementa programas educativos insuficientes con una mala formación de la persona del indígena y esto promociona el desánimo de los miembros aspirantes, llevándolos a problemas de alcoholismo y prostitución así como a otros flagelos que reinan en la sociedad general. La consecuencia del mundo globalizado en el umbral del siglo presente ha importado un problema a la sociedad: el alcoholismo y otros males que van dirigidos hacia nosotros y que envuelven a todos los sectores de la sociedad civil. Nuestra cultura no genera estos problemas, por lo tanto, no son patrimonio de los pueblos indígenas.

Somos los mejores vigilantes de nuestro destino. Deseamos que no piensen más por nosotros. El gobierno dice que busca superar el alcoholismo y la drogadicción que flagela al pueblo toba. Pero su programa es extraño a las costumbres qom. De prepo quieren hacer una plaza, hablan de construir un polideportivo, de abrir más calles, cuando la mayoría carecemos de vehículos y nos bastan nuestros senderos. Tampoco tenemos el concepto de plaza ni de polideportivo. Los funcionarios son tan ignorantes que ni recuerdan que en el lugar ya existe una plaza y está en desuso porque ningún qom lleva a sus hijos ahí. Nuestras parcelas son de 25 por 50 metros y nuestros chicos juegan en ellas, trepan a los árboles, aprenden a respetar y valorar la naturaleza. Y nada de lo que prometen resolverá los problemas de alcohol o droga. La solución sería darnos trabajo, capacitación y más tierras.

 

– Material seleccionado del libro: Reflexiones Dislocadas junto a Florencia Tola. Editado por la UBA y RUMBO SUR.