La Murga del Isauro
ALEJANDRA SOTO
Coordinadora del CAI – Centro Educativo Isauro Arancibia
En el Centro Educativo Isauro Arancibia funciona desde 2007 un grado de Nivelación ante la necesidad de poder darle a los menores de 13 años una educación acorde a su edad. Como somos un centro educativo nuestros alumnos deberían tener más de 14 años para poder concurrir y acreditar sus estudios; pero debido a que la entrada a las ranchadas es cada vez a más corta edad, resulta que casi a diario chico/as que están dentro de la edad etárea de 7 a 13 años se quieran inscribir en nuestra escuela, ante esta demanda construimos el plurigrado de nivelación; aunque también es de destacar que uno de los objetivos que perseguimos es la posibilidad de una inclusión plena a una escuela primaria común.
Desde el 2011 contamos con un Centro de Actividades Infantiles (CAI), para ofrecer una oferta educativa propia para potenciar las trayectorias educativas de chicos y chicas menores de 13 años, para poder fortalecer la inclusión y brindar una educación más significativa a los más pequeños que se encuentran en situación de calle o aquellos que recientemente han podido revertir esa situación y conviven con sus familias en Hoteles cercanos a la escuela o simplemente a aquellos pibes/as que se encuentran a la deriva, que no tienen ningún lugar de pertenencia. En síntesis, al Isauro Arancibia lo estamos construyendo colectivamente desde hace 19 años a partir de las necesidades y demandas concretas de chicos/as y trabajadores.
En los CAI los chicos participan de talleres y actividades artísticas, científicas, tecnológicas, deportivas, recreativas u otras relevantes para la comunidad. Las actividades de talleres se desarrollan los días sábados y en algunas de ellas participan las familias y los miembros de otras instituciones u organizaciones.
En este marco se creo el proyecto Murga. La idea de la murga empezó por el año 2015, ese año nos fuimos de viaje todo el CAI a la Prov. de Córdoba; allí existía una gala en donde los estudiantes debían mostrar algo que supieran hacer o que les gustara.
Nosotros no teníamos nada que se mostrara en un escenario ya que nuestros talleres eran más del índole artístico de manualidades; así que le preguntamos a los pibes qué podíamos hacer y, como los profes de Nación tenían instrumentos, ellos dijeron: ¡¡¡Hagamos una Murga, la Murga del CAI!!! Nosotros los profes acompañamos la idea con la sola intención de acompañarlos y ser parte de la velada: grande fue nuestra sorpresa como cada uno de los participantes fueron contando y mostrando algo que sabían de alguna murga que alguna vez habían participado. Casi en su totalidad los estudiantes habían pasado como mínimo por una Murga.
De más esta decir que la Murga del Isauro, como se llamaron en un primer momento, deslumbró en su baile, en su percusión, en cómo disfrutaban de lo que estaban haciendo; por lo tanto tomamos estas ganas como el eje a trabajar para el año próximo.
Y así nació nuestra Murga.
Al año siguiente, 2016, le dimos cuerpo a la idea y planteamos cómo hacerla. Armamos un plan de trabajo clase por clase, de lo que pretendíamos hacer. Este programa se desarrolló preguntando a amigos Murgueros y lo fuimos mechando con las secuencias pedagógicas que inferimos que iban a ir sucediendo, tratamos de ir cumpliendo las fechas pautadas para llegar a cumplir los objetivos, es de destacar que solamente nos juntábamos los sábados para este Proyecto, a lo cual hay que sumarle los otros talleres que realizábamos en el espacio educativo del CAI.
Nuestro objetivo era poder armar una Murga con la participación plena de todos los actores, es decir que todos los/as niños/as del CAI tuvieran un rol definido a realizar, una función asignada. Hoy luego de haber transcurrido el año podemos decir que se logró: pudimos bailar en la calle, participamos del Cierre del año del Isauro con todos.
Trabajamos los objetivos de la murga pero asimismo fuimos trabajando las problemáticas que se nos iban presentando con el grupo de chicos. Trabajamos por ejemplo el tema de género en profundidad, ya que esto nos obturaba la tarea al momento de que las chicas bailaran ante el público, leímos cuentos, realizamos charlas con debates y en una jornada se trabajó acerca del cuidado del cuerpo y su riqueza.
En esta conformación estuvimos implicados todos los docentes del CAI, estudiantes pasantes de Pedagogía Social y Educación Popular de UTE (Unión de Trabajadores de la Educación), el profesor de música Miguel Ángel quien desarrolló una actividad espectacular, madres de los niños (desde la confección de los trajes, la realización de estampados, hasta alguna que tocaba con los chicos) y algunos otros educadores del Isauro que nos ayudaron a gestar este Proyecto que cruzó a todo el Isauro. El objetivo del proyecto es lograr la permanencia plena dentro del Centro Educativo de los/as niños/as que asisten al mismo, desarrollando distintas estrategias para que completen su trayectoria escolar. Posibilitando habilidades y competencias a partir de sus posibilidades en orden a un proyecto de vida más allá de la escuela.Propiciar el desarrollo de la oralidad, profundizando los conocimientos acerca de nuestro capital cultural porteño. Brindar un espacio lúdico-educativo-recreativo en donde se estimule y atienda a las necesidades e intereses individuales y del grupo.
La experiencia de la Murga nos llevo a proyectar la edición de un libro de Memorias Murgueras, escribir entre todos los participantes, memorias donde se pueda plasmar cómo se crea la murga del CAI del Isauro Arancibia. Con este proyecto buscamos fomentar la ampliación del mundo de la oralidad, enmarcado en el relato personal y de ahí a lo colectivo. Resignificando la historia de cada uno a partir del uso de la metáfora y la expresión artística. Llevando adelante el registro de su creación como fuente de información para el desarrollo del producto final (libro de memorias murgueras).
La población del CAI del Isauro Arancibia es la encargada de llevar adelante la escritura del libro de memorias, será la autora del mismo, ya que relatará sus vivencias como colectivo en donde puedan contar a los otros cómo hicieron historia y cómo la están relatando,
El CAI que funciona en el Centro Educativo Isauro Arancibia recibe aproximadamente 70 niñas y niños en situación de calle o de vulnerabilidad social, niños y niñas sin acceso a los bienes del arte y la cultura, muchos de ellos con trayectorias escolares discontinuas, que no poseen adultos capaces de contenerlos y generar vínculos interpersonales de respeto y cuidado. Por otro lado, estos niños y niñas tienen cercado su acceso a la imaginación, están aferrados al aquí y ahora, sin permitirse el juego y la fantasía. Este año pretendemos intensificar el trabajo con esta franja de estudiantes proponiendo una secuencia didáctica que favorezca la integración, el desarrollo de habilidades comunicacionales, el acceso a mundos lúdicos y de placer, como también el ejercicio de la resolución de conflictos a través de la palabra. Consideramos que esto redundará positivamente en las posibilidades de estos niños y niñas de integrarse a la escuela, creando en cada uno registros de vivencias de felicidad que permitirán proyectar sus vidas en forma positiva.
Muchas veces, motivar a estos niños y niñas tan vapuleados, desde tan pequeños, es una tarea muy dura y complicada. En este sentido, vamos realizando año tras año relevamientos de gustos e intereses que nos sirvan para andamiar futuros aprendizajes. La murga y los relatos son temas que los convocan. Por esta razón creemos que nos brinda una oportunidad excelente para convocarlos al placer de moverse, de comunicarse y de transmitir sus vivencias y experiencias.
Para armar la murga del CAI, diseñamos un plan de trabajo a realizar en el año: Presentación del proyecto de Murga. Inicio en la conformación de la misma. Definición de roles tanto por afinidad a la tarea como por necesidad de grupo. Organización de los ensayos. Dialogar y evaluar sobre ¿Cómo me siento en el rol que me tocó?
Identidad de la murga. Definir el nombre, elección de los colores de la murga. Invitación a las familias para ser parte del proyecto. Confección y decoración del estandarte. Confección de los trajes. Decoración de los trajes. Asamblea general acerca de los avances de la murga. Creación de las canciones. Principio de escritura para la elaboración de las canciones de la murga. ¿Qué es lo que quiero contar? Actividades de iniciación musical: ritmos, aproximación a distintos instrumentos y pasos de baile. Ensayo de percusión y de baile. Pequeñas presentaciones e intercambio con otras murgas infantiles. Muestra de la murga en la plaza del barrio. Invitación de los nenes del Jardín del Isauro para vivir una jornada de murga. Convocatoria a las familia para la muestra escolar de la murga.
Con este trabajo de todo el equipo del CAI del Isauro se formó la “Murguita Kilombera” y ahora seguimos fortaleciendo lo logrado y trabajando para poder hacer el libro de esta experiencia.
Miguel Ángel Figueroa, es el profe del taller
Tengo 30 años, soy de Palermo, Un barrio cuna de murgas y murgueros. En aquel momento recuerdo que estaban Los Herederos, Los Atrevidos, Los Elegantes y Los Impacientes, no era de ir a los corsos en Carnaval, pero era inevitable cruzarme con la murga en la calle.
El día que cumplía 12, me lleva mi hermana a un Taller de murga en el Club Palermo, era los días sábados y las talleristas eran murgueras de Los Quitapenas.
El sonido de los bombos me llamó. Al principio sólo tocaba cuando los bombistas descansaban, de hecho en mis primeras salidas con la murga llevé el estandarte. Así estuve 6 meses hasta que en el taller consiguieron un bombo y ahí entré yo. Con mi hermana pensábamos canciones, cocíamos apliques para los trajes y donde podía me ponía a practicar con un pedazo de palo de escoba y una tapa de alguna cacerola de mi vieja.
Al tiempo el director de la murga Los Atrevidos, se entera que toco el bombo, me invita a un ensayo y me dice que tiene un bombo para mí, si bien seguía saliendo en el taller, empecé a ensayar con Los Atrevidos, murga de barrio, más grande. Ahí empecé a vincularme con gente del ámbito de la música, de manera más amplia, que tenían a la murga como un recurso de expresión. Fui uno de los fundadores del grupo Los Garciarena donde tocaba el bombo con platillo, después participé de varios grupos, viaje haciendo música y en la actualidad formo parte de Los Faroles.
Desde hace 8 años soy docente de música y doy talleres de Murga en diferentes instituciones: Compadres del Horizonte, Centro de Rehabilitación “El Palomar”y una escuela primaria, “República del Paraguay”.
Desde septiembre del 2016 en el Isauro empecé a dar un taller de Murga, donde pude observar que los chicos tenían muchas ganas de hacer una Murga, ya había algunos instrumentos y conocimientos por parte de los chicos, sabían bailar y tocar por lo tanto fue sencillo empezar a organizar la Murguita Kilombera, con los profes hicimos los trajes, el estandarte y se compraron algunos instrumentos más. Preparamos un desfile con fuerza, una canción de presentación y una demostración de baile en poco más de tres meses. Este año arrancamos con muchas ganas de seguir avanzando y aprendiendo en la murga.
Para mí la murga contiene, la murga identifica, la murga integra. La murga junta gente de todos lados con ganas de y curiosidades.
Conversaciones de “Semillero murguero: formar con murga para la inclusión” / Carlos Iglesias – Rumbo Sur, 2017.