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Espontánea voluntad – Definiendo el rol voluntario

RELATOS / Voluntariado

Espontánea voluntad

Definiendo el rol voluntario.

Referentes de distintas entidades vinculadas a la acción de voluntariado- Fundación SI, Fundación Vivencia , TECHO y Asoc. Gestión Educativa y Social-, exponen su mirada entorno a definir este rol tan valioso.

 

RELATOS / Voluntariado

Espontánea voluntad

Definiendo el rol voluntario.

Un camino de encuentros.

Manuel Lozano / Presidente Fundación SI

Un voluntario es aquella persona que encontró una causa por la cual luchar, se animó, arriesgó y está trabajando por ella. Algunos irán detrás de causas sociales, otros apostaran por las ambientales y otros se la jugarán por las culturales. Lo importante es el tiempo, el amor y la pasión que un voluntario dedica a trabajar por la causa.

Hoy, la realidad necesita millones de voluntarios. Debemos contagiar a quienes aun están dormidos. Estoy convencido que no es por falta de ganas ni voluntad, más bien está relacionado al miedo que nos genera involucrarnos y comprometernos.

Es tarea de todos despertarnos, luchar apasionadamente por lo que creemos y reconocernos como iguales. Cuando uno descubre que desde el lugar que ocupa en la sociedad en la que vive puede comprometerse a transformarla, es imposible detenerse. 

Es el inicio de un camino de búsquedas de nuevos proyectos, de soluciones alternativas, de construcción de otras realidades. Es también un camino de encuentros, con gente con los mismos sueños y los mismos ideales. Es por eso que SER VOLUNTARIO… es un camino de ida!

 

Imprescindibles

Silvia Cristoferone / Presidenta Hogar Fundación Vivencia

Esta gente, que desinteresadamente y sin segundas intenciones deciden dedicar parte de su tiempo en dar a otros, comenzaron a ocupar lugares importantes dentro del hogar, a convertirse en la ayuda que estábamos esperando. Están ahí, silenciosos, como no dándole valor a su gran tarea y cuando uno necesita no tiene más que estirar los brazos y los encuentra.

Pueden estar para ayuda escolar y de pronto uno escucha a las jóvenes que preguntan por ellos para realizar sus tareas o para rendir sus pruebas, pueden estar para los talleres y uno percibe la espera de la hora en que llegan para poder desarrollar sus aptitudes y poco a poco van ocupando lugares importantes tanto para las jóvenes como para las autoridades. Y comienzan las preguntas: hoy hay taller de costura? Hoy hay taller de cocina? Hoy viene la maestra de apoyo? A qué hora viene la profesora de arte? Y esto continúa.

Así me di cuenta del valor de estas personas y más que valor, el amor que sienten hacia el otro y sobre todo, la capacidad de dar. La calidez en el trato con las chicas y su compromiso constante hacen que se conviertan en personas imprescindibles para ellas, convirtiéndose también en importantes referentes afectivos. Y también entendí que el trabajo de quienes los capacitan y acompañan en esto de ser voluntarios, hace la diferencia.

Desde la Dirección, el equipo Técnico y todos los que trabajamos en la institución, estamos muy agradecidos por todo lo recibido y lo que diariamente nos ofrecen.

 

Dejarse llevar por el otr@

Ricardo Zanfardini / Presidente Asociación Civil Gestión Educativa y Social

El voluntariado es una moda imperecedera que me gusta definir como la capacidad humana instalada en función de las necesidades de otr@s. El dejarse llevar por el otr@ y hasta donde el otr@ quiera llegar.

Ser voluntario es un poco una foto que muestra una realidad recibiendo mucho más de ella, que transciende el tiempo pues el tiempo lo cede a otro, que comprende la realidad ajena, porque la hace propia. Todas las realidades son construcciones, pero hay una realidad indiscutible: la de la identidad, la de cómo miramos al otro, la de cómo identificamos a los otros, la de cómo contemplamos al otro y le damos existencia en nosotros.

Definir al/la voluntari@ sería caer en un sin-fin de respuestas academicistas lejanas a la realidad, hablar del rol de voluntario sería redundar sobre lo hecho y lo desecho; en el ser voluntari@s prima el hacer, el deber ser, la empatía, el don de gente, la mirada estática puesta en movimiento para el otro y por el otro, donde va la acción cargada de voluntad y solidaridad. El voluntario comprende, humaniza y se humaniza, se dedica y colabora, se brinda, aprende y crece, se engrandece mental y espiritualmente.

Ser voluntario no se parece a la vida: es vida. Y al ser vida, es algo definitivo, es la génesis de algo, de una parte, de un todo que, indudablemente, está cambiando.

 

Construcción de ideales

Federico Knüppelholz / Director Formación y Voluntariado TECHO

El voluntariado es el motor de la organización. Un voluntariado que busca la relación horizontal con las comunidades, un voluntariado a disposición de trabajar codo a codo con las personas que en los barrios, ven sus derechos básicos vulnerados. Aquéllos que se inician en el trabajo se encuentran con una realidad que duele y golpea, la realidad de la pobreza; trabajar en un asentamiento, es un golpe al que uno se resiste y donde la vista no puede detenerse en un solo plano.

Todo es una imagen que se mueve y se modifica. Todo es ausencia de las cosas que permiten desarrollar una vida plena y que, quienes tuvimos la oportunidad de ver nuestras necesidades básicas satisfechas (y más), no concebimos como una posibilidad el hecho que puedan faltar.

Los voluntarios de TECHO vivimos con esa realidad pero también con la fuerza de los asentamientos, el entusiasmo de la señora que encera su primer piso, la felicidad de un niño con su cuarto propio, los chicos que asisten a un espacio de apoyo escolar, a jugar en una juegoteca con otros, a participar de un espacio de arte.

El voluntariado es una instancia de participación ciudadana; es la construcción de ideales vinculados en la relación con otros y el compromiso por lo colectivo. Solemos decir que tener un techo es un piso porque es el comienzo de algo, un trampolín para animarse a más, una puerta que se abre. A los voluntarios, esa puerta nos conecta con otra realidad; a las familias, las saca de la indiferencia; y a todos, nos acorta la brecha de la desigualdad y la exclusión. Una fotografía refleja la experiencia de una sociedad.

Todos tenemos la capacidad de vivir esa experiencia, por el mero hecho de ser parte de una comunidad. No asumir un rol, es excluir y excluirse. Está en todos entender la realidad, pero para entender hay que participar, desde el lugar que elijamos.